Giselle Melissa Insua
Hace 7 años empecé a soñar con vivir de la pastelería, buscando una forma de combinar lo que amo con la necesidad de cuidar a mi hija. Siempre quise estar presente para ella, y sabía que un trabajo tradicional no me lo iba a permitir. Aunque al principio no tenía el espacio ni los recursos, ese deseo nunca se apagó. Hoy, con mucho esfuerzo y amor, estoy retomando ese camino junto a la madrina de mi nena, que también comparte esta pasión. Apostamos por la producción artesanal, hecha con nuestras manos, en casa, organizando los tiempos entre recetas, entregas y crianza. Es difícil, pero también profundamente gratificante construir algo propio desde el amor, la dedicación y el trabajo en familia.