Soraya Romina Rodríguez
Mi emprendimiento empezó a principios de la pandemia. Trabajaba en una oficina y cuando los locales tuvieron que cerrar, tenía que hacer algo para mantener a mi familia entonces se me ocurrió hacer pan. Comence a salir a vender en las calles, con mis hijos, casa por casa. Gracias a Dios nos va muy bien y el emprendimiento perdura.