Esteban David Rojo
Nuestro emprendimiento surgió hace unos años atrás, cuando nos quedamos sin trabajo y solo teníamos 1 kilo de harina. Se nos ocurrió hacer pan casero para acompañar un mate cocido y transformarlo en la cena familiar. El aroma característico del pan recién horneado atrajo la atención de los vecinos y me preguntaron si los vendía. Entonces fuimos a comprar más harina y en el almacén que nos la vendió, nos hicieron un pedido grande y de ese modo fué que nos convertimos en sus proveedores.
Así desde casa comenzamos a hacer panes y pancitos saborizados, luego bizcochitos entre otros. Hasta que al día de hoy hemos incluido nuestro pan integral con semillas, apto para diabéticos e hipertensos.