Carina Dabul
Mi incursión en el arte fue una consecuencia accidental ya que comenzó siendo un medio útil para potenciar las habilidades de mi hija y poco a poco fue transformándose en la idea de un proyecto a futuro común.
Los jóvenes adultos con capacidades especiales se encuentran estancados en un laberinto del que les es difícil salir sin el apoyo y el trabajo familiar dado que AÚN no se han desarrollado propuestas laborales inclusivas fuertemente articuladas con los centros de formación favoreciendo y fomentando la vida independiente en el país.
Así nació el templo del arte (EL TEMPL’ART), un micro emprendimiento con capacidad de autogestión, sostenible y amigable orientado a crear propuestas de valor y trabajo en equipo que ojalá llegue a ser un modelo a replicar.