Guillermo Eduardo Baysse Sarabia
Llegué al país en 1974, formé mi familia y con el tiempo trabajé en distintos oficios para sostenernos. Durante años me desempeñé en pintura de obra y albañilería, hasta que un problema cardíaco me obligó a dejar los trabajos de esfuerzo físico. Me colocaron un stent, y desde entonces busqué una nueva forma de seguir adelante.
Mi padre fue carpintero casi toda su vida, y creo que de ahí heredé mi amor por la madera. Así nació CLR, un emprendimiento cuyo nombre lleva las iniciales de mis nietos: Camilo, León y Ramón.
En estos tiempos difíciles, debemos encontrar nuevas formas de sostenernos, y creo que la economía social es una de las maneras más solidarias de hacerlo. Trabajar colectivamente, con el apoyo del municipio que nos brinda espacios gratuitos en ferias, nos permite llegar a más personas, aumentar nuestras ventas y dar a conocer nuestro trabajo. Es una oportunidad única que nos fortalece y nos motiva a seguir adelante.