Karina Fernanda Insaurralde
Mi papá fue tapicero toda su vida, y fue ahí donde me enamoré de la costura, aunque siempre amé las carteras.
Durante años me dediqué a otra cosa, hasta que un día —por esas vueltas de la vida— me replanteé dónde era realmente feliz. Fue entonces cuando decidí dejarlo todo y emprender.
Hago todo desde cero: comprar, diseñar, confeccionar, publicar.
No es fácil emprender en un país tan inestable económicamente, pero la pasión y la esperanza hacen que nunca baje los brazos.