Sofía Riccobaldi
Comencé con este emprendimiento durante el 2020, a mis 15 años, haciendo accesorios. Luego sumé los stickers. Más tarde, cuando mi madre me regaló mi primera máquina de coser, tuve la oportunidad de comenzar a hacer bolsas de tela y bordarlas a mano. En mis trabajos intento resaltar lo artesanal, las imperfecciones de una producción lejos de ser industrial y la identidad propia del emprendimiento. Al ser algo pequeño no es una fuente de sustento, pero a través de mis redes sociales y de las ferias logro contar con los ingresos necesarios para seguir haciendo lo que me gusta. Soy una sola persona a cargo de todo, y a veces eso genera dificultades, más siendo estudiante. Aún así le dedico tiempo a diario ya que, dejando de lado lo económico, es una actividad que genuinamente disfruto hacer.