Natalia Vernica Ginjaume
Yo trabajo desde los 11 años. Comencé haciéndole ropita a las muñecas y lo vendía en el colegio, en el recreo a mis compañeras. Con el tiempo, aprendí a tejer y cuando comenzó la pandemia me vi obligada a dejar mi trabajo. En ese entonces daba clases de yoga en el Centro Cultural de Avellaneda y muchos otros lugares más. Luego, realicé canastos tejidos, alfombras, carteras, etc. Estoy separada hace 5 años y necesito trabajar, la discapacidad de Nahuel, mi hijo, genera muchos gastos y no me permite tener un trabajo estable.