Elizabeth Catalina González Bogado

Empecé en el mundo de las uñas allá por 2011, pintándome y haciéndome nail art con esmaltes tradicionales, en una época en la que todavía no era el boom que es hoy.
Me di cuenta de que me apasionaba hacerlo, así que comencé a ahorrar para poder hacer cursos. Trabajé para otros, hice servicios a domicilio, y cuando formé mi familia pensé: “¿Y si puedo trabajar desde casa y al mismo tiempo cuidar a mis hijos?” — sabiendo, por supuesto, el gran desafío que eso implica con niños pequeños.
Después de varios años de esfuerzo, gracias a Dios logré tener mi propio estudio en casa. Todo esto fue posible gracias al apoyo de mi familia y también al Consejo de la Economía Popular de Avellaneda, que me ayudó a través de cursos gratuitos con los que pude potenciar mis conocimientos y mejorar mi espacio de trabajo.