Malvina Soledad Noriega
Este emprendimiento nació mientras trabajaba en comedores con niños, haciendo manualidades con materiales reciclados.
Más adelante, gracias a mi madre —quien me enseñó a usar su máquina de coser—, se despertó aún más en mí el deseo de crear con mis manos.
Hoy, confecciono y trabajo junto a mis hijos, con mucho amor y dedicación, para sostener la economía de nuestro hogar. Todos aportan su granito de arena en este proyecto familiar, al que decidí llamar C&M, en honor a mi hermana, quien está enfrentando una enfermedad terminal.
Ella fue mi gran impulso para ponerle nombre al emprendimiento, mandar a hacer las etiquetas con el logo y animarme a emprender al 100%.